A la hora de pedir un crédito o endeudarse es bueno que reconozca qué tipo de deudas son favorables y cuáles no lo son. Antes de endeudarse por una nueva adquisición, consulte su presupuesto y defina su capacidad de pago. Calcule cuánto van a suponer al mes los gastos adicionales del pago a capital y de intereses.
Deuda “buena”
En términos generales, tiene sentido endeudarse para invertir o adquirir bienes o servicios durables que puedan aumentar su valor con el paso del tiempo, de forma que en el futuro valdrán más de su precio inicial más el costo de la financiación o tambien que le generan ingresos. De esta manera, una deuda buena, por ejemplo, es la compra de vivienda donde se tiene le certeza que es un bien durable y que probablemente se valorizará.
Deuda “mala”
Las deudas “malas” incluyen todas las que se contraen para adquirir bienes que no necesitamos o que no podemos permitirnos, y que no necesariamente van a aumentar de precio con el tiempo.
También se considera una práctica muy negativa utilizar préstamos de consumo cuyos plazos de amortización sean superiores a la vida del producto financiado. Un ejemplo de deuda mala, es el pago de las vacaciones a plazos de 36 meses. Lo que se está haciendo, es cargar una deuda durante 3 años de algo que consumió por 15 días.
Deuda “muy mala”
Pagar un crédito con otro resulta ser de los peores negocios que pueden hacer las personas. Estas deudas son sumamente peligrosas porque si no se controlan pueden provocar un efecto de bola de nieve y crecer con gran rapidez.